El primer viaje no lo recuerdo demasiado bien. Fui en autocar directo desde Barcelona hasta el propio CIR (Centro de Instrucción de Reclutas). El trayecto Cordoba capital – Cerro Muriano fue especialmente pesado. Este viaje en autocar se me hizo exageradamente largo.
Al lado del CIR nº 5 había otro, que le llamaba (o así se llamaría) Ovejo. Lo cierto es que nunca llegué a ver escrito este nombre, por lo que no se si era su nombre auténtico o un mote.
Al llegar nos pusieron en fila en la puerta del CIR. Me resultó curioso ver que la mayoría de reclutas no llevaban el pelo cortado. Yo quise ser previsor, y para no pasar por las manos de cualquier desaprensivo, me lo hice cortar en Vilassar de Mar en el barbero de (casi) toda la vida, cuyo nombre no logro recordar.
La barbería estaba en la avenida Montevideo, delante de la pesacadería xxx, haciendo casi esquina con la calle del Circ.
Pues bueno, la fila era larguísima, y pasó bastante rato hasta que nos empezaron a dejar entrar. Aún así tardé en entrar. Cuando ya estaba cerca de la verja pude ver a unos “soldados” corriendo a paso ligero, con una sincronía que llamaba la atención.
No se como, pero finalmente me encontré con que se me había asignado una compañía
